
El JS Kabylie es uno de esos clubes que no pueden explicarse sin el contexto político, cultural e histórico que los envuelve. El equipo de Tizi Ouzou, el más laureado de Argelia y campeón dos veces de la Champions africana, forma parte de una región poblada en su mayoría por bereberes y con fuertes pulsiones identitarias. Un cóctel apasionante que Christophe Gleizes, periodista de la revista francesa So Foot, decidió explorar para hacer un reportaje. El 28 de mayo, cuando se encontraba viendo un entrenamiento del equipo, fue detenido por la policía argelina, conducido a dependencias judiciales y acusado a de “apología del terrorismo y posesión de publicaciones con fines de propaganda perjudiciales para el interés nacional”. Meses después, fue condenado sin pruebas a siete años de cárcel. Nunca más volvió a Francia.Gleizes, que hoy vive en una celda de 10 metros cuadrados con otro preso, no entró en el país con el visado de trabajo, sino con el de turista. Lo mismo que había hecho siempre. Lo mismo que hace una gran mayoría de periodistas freelance sin medios ni apoyo para esperar un permiso oficial que, a menudo, implica el control de las autoridades sobre lo que escriben y un gasto extra. Si las autoridades lo descubren, generalmente le cuesta al periodista una multa y la expulsión del país. Pero aquello, cuando ya estaba en Cabilia, una región montañosa situada al este de Argel, sirvió de excusa para su detención y su posterior acusación. Glaezes ya había viajado años antes a Tizi Ouzou para hacer un reportaje sobre la muerte en condiciones sospechosas del futbolista camerunés Albert Ebossé, del JSK. La justicia le reprocha también haber mantenido reuniones, en 2015 y 2018, fuera de Argelia, con algunos dirigentes que son responsables del Movimiento para la Autodeterminación de Cabilia (MAK), clasificado en 2021 como organización terrorista por Argel. El régimen acusa al MAK de querer desestabilizar el país y de estar, en particular, implicado en la ola de incendios ocurrida en Cabilia durante el verano de 2021.Gleizes, de 36 años, tuvo la desgracia de convertirse en una pieza en el tablero de la guerra diplomática que mantienen Francia y Argelia desde hace más de un año. El mismo esquema político que condenó al escritor Boualem Sansal cuando intentaba entrar en Argelia y que le mantuvo en la cárcel durante un año (fue indultado hace un mes tras la mediación de Alemania). “Christophe es un rehén diplomático. La justicia no cumplió su deber ese día. Un periodista no puede estar en la cárcel por hacer su trabajo. No respetó la política de los visados, pero en el derecho argelino cuando ocurre eso te ponen un multa y te echan. Nada más”, explica por teléfono su abogado, Emmanuel Daoud. La pena de siete años de cárcel, sin pruebas que la sustentasen, fue confirmada por un tribunal de apelación la semana pasada. Las autoridades relacionaban algunos de sus contactos locales con el Movimiento para la Autodeterminación de Kabylie (MAK), considerado organización terrorista por Argelia. El periodista, obviamente, negó en todo momento tener cualquier vínculo político y explicó que simplemente había buscado fuentes para su trabajo. Tal y como había hecho un tiempo en 2015 con el reportaje sobre la sobre la muerte de Ebossé. Pero dio igual. Gleizes, que había reconocido su error administrativo al no solicitar visa de prensa, pidió clemencia, pero la sentencia se mantuvo sin cambios. El pasado 4 de diciembre el tribunal de apelación confirmó su sentencia. Gleizes es el único periodista francés detenido en un país extranjero. El presidente francés, Emmanuel Macron, expresó el jueves 4 de diciembre su “profunda preocupación” tras la condena en apelación del periodista. “Seguiremos actuando ante las autoridades argelinas para obtener su liberación y su regreso a Francia lo antes posible”, afirmó. También el ministro del Interior, Laurent Nuñez. La buena noticia es que tras la liberación de Sansal, indultado el 12 de noviembre por Argelia, París y Argel han retomado sus conversaciones a nivel de seguridad.Gleizes, según su abogado y el redactor jefe de la revista, Javier Prieto, se encuentra en buen estado de salud, aunque ha perdido 15 kilos desde su ingreso en prisión. Lee constantemente, explica Prieto, y asegura que no ha perdido la esperanza. La familia y el entorno del reportero, sin embargo, ha echado de menos un mayor apoyo de Francia, pero también de personalidades del mundo del deporte. Casualmente, Cabilia es la región de donde proviene la familia de Zinedine Zidane o Karim Benzema. Si la presión internacional aumentase, especialmente procedente de figuras relevantes en el mundo del deporte, no parece probable que el país pueda permitirse mantener en la cárcel a un periodista inocente, especialmente en un año de Mundial en el que participa su selección. La única salida para Gleizes ahora es el indulto. Una medida de gracia que tiene que conceder el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, como ya hizo con el escritor Boualem Sansal.
El drama de un periodista deportivo francés condenado a siete años de prisión en Argelia por viajar a hacer un reportaje | Deportes
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