
La Cámara de los Diputados de Brasil aprobó la madrugada del miércoles, por 291 votos contra 148, un proyecto de ley que abre la puerta a reducir considerablemente la pena de cárcel del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro y del resto de los golpistas condenados por atacar la democracia. La decisión llega pocos días después de que el clan Bolsonaro lanzara al hijo mayor, Flávio, senador, a la carrera presidencial. El patriarca cumple desde noviembre una condena de 27 años que le impuso el Tribunal Supremo por cinco delitos. El movimiento del Congreso para reducir las penas al anterior mandatario pretende neutralizar la presión de la familia Bolsonaro para que sus señorías aprobaran una amnistía.La sesión para aprobar la reducción de las condenas fue convocada a toda prisa, muy tumultuosa —un diputado fue sacado por la fuerza después de que la prensa fuera expulsada del hemiciclo— y acabó a las cuatro de la mañana. Los nervios estaban a flor de piel. La norma aprobada por la Cámara baja será enviada ahora al Senado, que prevé votarla antes de final de año. Irá entonces a la mesa del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, para que la sancione. No se descarta que el asunto acabe en el Tribunal Supremo.Fracasada la presión de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, para impedir el juicio, el bolsonarismo aspiraba a lograr una amnistía, pero no han logrado el apoyo suficiente entre sus señorías para dar un paso que supondría una afrenta al Tribunal Supremo, que ha juzgado y condenado a más de 600 personas por participar en la conspiración que culminó en el asalto a las sedes de los tres poderes. Bolsonaro cumple condena en la principal comisaría de policía de Brasilia, donde puede recibir visitas dos veces por semana.Flávio Bolsonao resucitó las demandas de amnistía nada más anunciar que su padre lo quería en las elecciones del año próximo como cabeza de lista del movimiento de extrema derecha que lidera. En vista del escepticismo con el que ha sido recibida su candidatura por buena parte de la derecha, incluidas fuertes caídas de la Bolsa, Flávio dejó caer que podría retirarla -“tengo un precio para eso”, sugirió– para desdecirse poco después y proclamar: “mi candidatura es irreversible”. En la trastienda, las negociaciones son frenéticas.En este momento, el Congreso apuesta por el término medio como solución, en línea con la tradición pactista de los brasileños. “No existe posibilidad de amnistía. El único proyecto viable para pacificar Brasil es acortar las penas”, declaró el diputado Paulinho da Força, redactor de la iniciativa, informa Reuters.VIOLÊNCIA E CENSURA!Quando golpistas ocuparam por 48h o plenário da Câmara para chantagear por anistia a golpistas, sobrou docilidade do presidente Hugo Motta, já com um deputado que defendeu a honra da mãe e denunciou o Orçamento Secreto, sobrou violência e censura à imprensa.… pic.twitter.com/um9o0wl4JW— Sâmia Bomfim (@samiabomfim) December 9, 2025
Aún no está claro cuál sería la nueva pena para el líder de la derecha brasileña, si la norma se aprueba definitivamente. Pero se estima que la condena quedaría rebajada de 27 años a unos 21 años y que el periodo en régimen cerrado caería de los seis años previstos ahora a unos dos años. El presidente Bolsonaro está doblemente inhabilitado para presentarse a unas elecciones.Las penas por golpismo quedarían reducidas gracias a la unificación de los dos delitos más graves imputados (golpe de Estado y abolición violenta del Estado de derecho), de manera que solo se les aplicaría el más grave. Eso significa que la tropa del asalto golpista —los que purgan penas menores que la del expresidente y el resto de la cúpula de la trama— podrían acceder a la semilibertad en un corto plazo.El izquierdista Partido de los Trabajadores, que lidera Lula, votó en contra después de maniobrar durante todo el día para aplazar la votación. La medida salió adelante gracias al apoyo de los correligionarios de Bolsonaro y a sus aliados del centrão (el gran centro, las siglas que ofrecen su apoyo al mejor postor).La sesión arrancó la noche del martes con un incidente y fuerte polémica. El diputado izquierdista Glauber Braga, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), se atrincheró en la butaca del presidente de la Cámara de los Diputados con intención de impedir la votación, emulando a una táctica que los bolsonaristas usaron con éxito semanas atrás. El presidente de la Cámara respondió con medidas expeditivas para escándalo de la izquierda: echó a los periodistas del pleno, cortó la retransmisión de la sesión y ordenó a la policía que sacara al díscolo diputado Braga, conocido por su cruzada contra un opaco mecanismo de enmiendas parlamentarias por el que sus señorías invierten millones del presupuesto gubernamental en sus distritos con poca o ninguna supervisión.Las imágenes tomadas en el hemiciclo por los presentes muestran la lamentable escena del forcejeo entre los diputados y los agentes mientras decenas de colegas graban con sus teléfonos móviles.El Tribunal Supremo y el más poderoso de sus jueces, Alexandre de Moraes, tragaron esta semana otra píldora amarga. El Parlamento del Estado de Río de Janeiro consiguió aprobar una moción con la que sacaron de la cárcel al presidente de la Cámara, al que los jueces enviaron a prisión ante las sospechas de que avisó sobre una operación policial a un antiguo diputado supuestamente relacionado con el Comando Vermelho. Una reciente operación contra el grupo criminal acabó con 121 muertos.
