“¿Ha sido su año más feliz como entrenador?”, le preguntaron a Hansi Flick en la rueda de prensa previa al encuentro ante el Villarreal. El alemán no rehuyó: “Sí, puedo decir abiertamente que ha sido el año más increíble y exitoso para mí. También para el equipo y el club”. El Barcelona despide 2025, un año coronado con el triplete de Supercopa, Copa y Liga, con la posibilidad de reafirmar el liderato ante el tercer clasificado y mantener la ventaja antes de las vacaciones navideñas. Pero no será una tarde redonda: no podrá contar con Pedri. “No está disponible. Tuvo problemas en los isquios, y el riesgo es alto. Tenemos que cuidarlo. Le necesitamos para el Espanyol y la Supercopa”, explicó Flick sobre las molestias musculares del canario. Precisamente esta temporada el Barça ha atravesado tramos complejos, con bajas constantes y solapadas, que obligaron al técnico a intervenir más de lo habitual en las alineaciones y a tomar decisiones casi sobre la marcha. Aquello lastró el inicio del curso, pero el equipo ha sabido reaccionar hasta enlazar seis victorias consecutivas.Los números, en realidad, no difieren de los de la temporada pasada a estas alturas. En diciembre del curso anterior, tras 24 encuentros, el Barça acumulaba 17 victorias, dos empates y cinco derrotas, con 71 goles a favor y 27 en contra. Ahora, el balance es muy similar: 18 triunfos, dos empates y cuatro derrotas, con 65 goles marcados y 31 encajados. La diferencia está en las sensaciones y el contexto: entonces el año natural se cerró con derrotas ante Leganés y Atlético; hoy, el Barça puede irse de vacaciones tranquilo en lo más alto de la tabla. Y eso que la temporada empezó con sensaciones agrias por las lesiones. Especialmente por la ausencia de una pieza clave para Flick: Raphinha. Cuando la rueda de prensa estaba a punto de terminar, el alemán interrumpió: “Me sorprende que Raphinha no esté en el once ideal de la FIFA. Creo que es una broma. Su influencia fue increíble: los partidos que jugó, los goles, las asistencias… y, sobre todo, lo que aporta al equipo”, reivindicó. El regreso del brasileño devolvió al Barça una presión sostenida, seña de identidad que se había esfumado. A partir de ahí, Flick fue resolviendo dilemas. Encontró en Gerard Martín una solución inesperada para naturalizar la salida de balón con un central zurdo tras la marcha de Iñigo Martínez, hasta normalizar su presencia en el once. Eric García se consolidó en todas las posiciones del mediocentro hacia atrás, y también funcionó la prueba de Lamine Yamal como mediapunta. Ante el Guadalajara colocó a Casadó de lateral y, tras el descanso, hasta seis jugadores intercambiaron posiciones, incluso los tres atacantes. En 24 partidos, Flick ha utilizado a 26 futbolistas, incluidos los tres porteros. Sobre su futuro, Flick prefiere no adelantarse. Tiene contrato hasta 2027, pero ha dejado entrever que su próxima renovación estará condicionada por las elecciones. “Un año y medio como entrenador es mucho. Me encanta trabajar en este club. Deco, el staff, el resto de empleados… son fantásticos. Y también el presidente, él es el motivo por el que estoy aquí. Es muy importante sentir la confianza, ya veremos lo que sucede con las elecciones”, señaló Flick.

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