
El equipo español de la Copa Davis se situó a un solo paso de la final de este domingo (15.00, Movistar+) gracias al triunfo de Pablo Carreño ante Jan-Lennard Struff en el primer turno de este sábado: 6-4 y 7-6(6), tras 1h 44m. El asturiano, de 34 años, firmó un partido estupendo contra un rival que se desempeña únicamente a cara o cruz, de modo que los de David Ferrer adquieren ventaja en la serie, que se prolongará con el encuentro que disputarán a continuación Jaume Munar y el número tres del mundo, Alexander Zverev. En la apertura del día, Carreño se sobrepuso al mazo del alemán, quien dispuso de un 6-1 en el desempate del segundo set; sin embargo, el gijonés reaccionó a lo grande y obtuvo una valiosa victoria. Cabe recordar que Italia logró el viernes el primer billete para la final, al imponerse en el cruce contra Bélgica (2-0).El instinto guerrillero de Pblo Carreño predominó en el primer cruce y el equipo español comenzó, esta vez sí, corriente a favor. El asturiano, un veterano ya de vuelta, siguió a la perfección las líneas maestras del guion y redujo a Struff merced a un ejercicio de maduración. Esto es, la fórmula que le ha llevado lejos: esa mezcla de ardor y templanza, de buen hacer y paciencia; de estirarlo todo hasta que el de enfrente, registro único siempre, cayera una y otra vez por su propio peso. Todo el poso que el tiene lo añora el alemán, un pistolero que no se lo piensa: ante la duda, pegar. Demasiado básico. Solo a los muy buenos les sale. En consecuencia, España por delante.Más informaciónCarreño es la perfecta encarnación de las virtudes de este equipo que propone desde la humildad, pero de apariencia engañosa. “Saben competir”, advertía Ferrer. Y así es. Lobos disfrazados de corderos. Él, Granollers, Martínez, Munar. El tenis no es tanto un deporte de virtuosismo (que también) como de saber interpretar qué conviene en cada circunstancia, y lo tenía más que claro el asturiano, paradigma de pelearlo, de rebelarse, de estar siempre ahí. Benditos sean los pesados. De eso sabe un rato el capitán, quien a la hora de confeccionar la última lista, lo tenía claro: Carreño, dentro. Esto no va de egos. El grupo por encima de todo. Y rara vez él no responde.La mano de obra suele ser fundamental, y lo de Struff (35 años y 84º del mundo) iba de arremangarse y poner bolas dentro. Lo dicho: estar ahí. Que el otro lo sepa. He aquí una muralla. La receta que tan lejos le hizo llegar. Muy agresivo, el alemán tiende a cortocircuitar si la cosa no le sale y todo empezó torcido para él, break a favor en la primera manga e incapaz de salvaguardar el saque a continuación. Por ahí, malamente, o bien un inmejorable indicio para el español, muy convencido de lo suyo. Fe y más fe. Hace no tanto pasaba por un quirófano, luego la rampa de los challengers para reinsertarse. Este sábado, bola, bola y bola, kriptonita contra el pegador. Tarde o temprano, se quebraría. “Hay que aceptar que hoy por hoy, hay jugadores por delante de mí. Pero yo espero mi oportunidad”, dirá después. Borrada de la mente la derrota del primer día contra el checo Jakub Mensik, gasolina de la buena. “Ponía la bola en juego y desde el fondo me sentía poderoso”, retrataba mientras Munar debatía con Zverev. Para rematar, la entereza. 6-1 abajo en el tie-break del segundo set, se recompuso y lo levantó. Algo así como una proeza. “A veces hay milagros. Intenté soltarme, jugué valiente y él falló”. Efectivamente, en cada instante delicado a Struff se le encogió el brazo y finalmente se disolvió. En contraste, Carreño procedía y, ya vencedor, abundaba: “Es un poco milagroso”.
Pablo Carreño Busta
vs
Jan-Lennard Struff
Sets:
Set 1
Set 2
Todos
Puntos ganados con primer servicio
Puntos ganados con segundo servicio
Puntos de break convertidos
Puntos ganados con primer servicio
Puntos ganados con segundo servicio
Puntos de break convertidos
Puntos ganados con primer servicio
Puntos ganados con segundo servicio
Puntos de break convertidos
