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Cáncer de ovario: una carrera contra el tiempo | Ciencia es vida – ABBVIE

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Silencioso, traicionero y muchas veces invisible por la dificultad del diagnóstico. Así se presenta el cáncer de ovario, el tumor ginecológico más letal en España. No hay programas de cribado, los síntomas son inespecíficos y el diagnóstico, con frecuencia, llega cuando la enfermedad ya está avanzada. Sin embargo, los avances en cirugía, quimioterapia y medicina personalizada están abriendo una nueva ventana de esperanza para las pacientes.En 2025, unas 3.700 mujeres serán diagnosticadas de cáncer de ovario en España, siendo la principal causa de muerte por cáncer ginecológico en nuestro país: la tasa de supervivencia global es del 50%. “A pesar de no ser el tumor ginecológico más frecuente, es el que mayor mortalidad produce porque se diagnostica en estadios avanzados”, advierte el doctor Antonio González, presidente de GEICO (Grupo Español de Investigaciones en Cáncer Ginecológico) y director de Oncología Médica de la Clínica Universidad de Navarra.

Las cifras del cáncer de ovario

Es el 10º cáncer en incidencia entre las mujeres en España
Es la primera causa de muerte por cáncer ginecológico en España (la supervivencia global se aproxima al 50%)
Entre el 70% y el 80% de los casos se detecta en fases avanzadas
Es un cáncer con alta tasa de recaídas: aproximadamente entre el 50% y el 85% de las mujeres diagnosticadas recae en los siguientes 5 años
En 2025, se estima que el número de nuevos casos de cáncer de ovario en España sea de 3.748
En 2023 fue el responsable de 2.193 fallecimientos en nuestro país

Fuentes: Sociedad Española de Oncología Médica (2025). Cáncer de ovario y Sociedad Española de Oncología Médica (2024). Los avances en Cáncer de Ovario. Datos consultados en julio de 2025.

La raíz del problema está en que se trata de una enfermedad con un crecimiento rápido y silencioso. “No hay un síntoma guía que lleve al diagnóstico precoz, como ocurre con la sangre en orina en el cáncer de vejiga. Aquí hablamos de síntomas difusos: hinchazón abdominal, molestias digestivas, sensación de pesadez…”, explica la doctora Pilar Barretina, vicepresidenta de GEICO y jefa del servicio de Oncología Médica del Institut Català d’Oncologia (ICO). Por ello, la mayoría de las mujeres llegan a la consulta médica “cuando la enfermedad ya está muy avanzada y ha invadido otras zonas del abdomen”, añade. El peregrinaje hasta el diagnóstico Así lo vivió Charo Hierro, presidenta de la Asociación de Afectadas por Cáncer de Ovario y Ginecológico (ASACO) y paciente diagnosticada en un estadio avanzado: “Es un cáncer traicionero. No hay sangrado ni signos ginecológicos. A casi todas nos hablan de gases o trastornos digestivos y, cuando ves que empeoras, empieza el peregrinaje por urgencias. Hasta que un día, de repente, te dicen: tienes un cáncer de ovario”.Hierro subraya que, a diferencia del cáncer de mama o cérvix, del de ovario se habla poco, incluso entre mujeres. “No se conoce. No lo tienes en el radar hasta que lo padeces. Y entonces el impacto es brutal: la cirugía es radical, la recuperación es muy dura y la palabra cáncer te remueve todo”.

“La cirugía es fundamental y se debe realizar por cirujanos expertos en ginecología oncológica. Conseguir una citorreducción completa se correlaciona directamente con la supervivencia”
Pilar Barretina, doctora, vicepresidenta de Geico y jefa del servicio de Oncología Médica del Institut Català d’Oncologia (ICO)

El recorrido clínico El tratamiento estándar para el cáncer de ovario incluye una cirugía de citorreducción (para eliminar el máximo volumen tumoral posible) combinada con quimioterapia basada en platino, antes y/o después según cada caso, y, en algunos casos, una terapia de mantenimiento. En este tumor, “la cirugía es un pilar fundamental y debe ser realizada por cirujanos expertos en ginecología oncológica tras una valoración de comité multidisciplinar especializado”, subraya la doctora Barretina. “El objetivo es conseguir una citorreducción completa, es decir, que no quede enfermedad visible. Eso se correlaciona directamente con la supervivencia”.

Tratamientos para el cáncer de ovario

CIRUGÍA
Tiene un doble objetivo: diagnóstico (qué tipo de tumor y su estadio) y terapéutico (lograr la extirpación total o parcial).
Puede hacerse en dos momentos:

Cirugía primaria: es el tratamiento inicial que recibe la paciente cuando es factible eliminar el tumor.
Cirugía de intervalo: en algunos casos, la paciente recibe quimioterapia antes de la cirugía para reducir el tumor y facilitar su abordaje quirúrgico.

CIRUGÍA
Tipos de cirugía:

Citorreductora: se extirpan útero, ovarios y trompas para eliminar el tumor completo (cirugía óptima) o la máxima cantidad posible.
Conservadora: en casos muy seleccionados se extirpa solo el ovario afectado. Suele hacerse en mujeres jóvenes, en un estadio inicial de la enfermedad, que quieren preservar su fertilidad.

QUIMIOTERAPIA
Es un tratamiento complementario a la cirugía. Se utiliza tanto en estadios tempranos como en enfermedad avanzada.
Su objetivo es destruir las células que componen el tumor para lograr la reducción o para la desaparición de la enfermedad.
Hay dos tipos:

Quimioterapia adyuvante: se administra después de la cirugía para eliminar cualquier rastro de enfermedad tumoral.
Quimioterapia neoadyuvante: se aplica como primer tratamiento para reducir el tumor, antes de la cirugía.

Algunas pacientes con cáncer de ovario avanzado reciben una terapia de mantenimiento tras la quimioterapia.

TRATAMIENTO DE LAS RECAÍDAS

En tumores sensibles al platino. En caso de recaída, si la paciente ha respondido al tratamiento inicial de quimioterapia basada en platino, se vuelve a introducir este tratamiento en la recaída, seguido de terapia de mantenimiento en algunos casos.
En tumores resistentes al platino. Si la paciente recae en menos de seis meses tras el tratamiento inicial con quimioterapia basada en platino, hay que buscar otras opciones terapéuticas ya que dejan de ser candidatas a este tratamiento. Estas pacientes tienen una mayor necesidad no cubierta, por lo que la innovación es clave.

Fuentes: American Cancer Society, Asociación Española contra el Cáncer (AECC) y Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Aquí es donde Hierro alza la voz en nombre de muchas pacientes: “Hay muy pocos centros designados oficialmente como expertos en cáncer ginecológico en el territorio nacional y es difícil para las pacientes saber cuáles son y la importancia que tiene el hecho de ser tratadas en ellos. Todas las pacientes deberían ser derivadas a estos centros existentes. La especialidad de ginecología oncológica no es oficial en España, esto complica la situación. La cirugía inicial es crucial y puede marcar la diferencia en el pronóstico”.Sensible o resistente: una división crucial Otro aspecto clave en el abordaje del cáncer de ovario es cómo responde el tumor al tratamiento con platino. La doctora Barretina detalla: “Cuando una paciente recae de forma tardía después de la quimioterapia inicial, se considera platino-sensible, y tiene más opciones terapéuticas. Pero si la recaída es precoz, hablamos de platino-resistencia, una situación con peor pronóstico y muchas menos alternativas”.

“Es un tumor ginecológico que presenta alta mortalidad por la ausencia de diagnóstico temprano y el alto índice de recaídas. Las pacientes platino-resistentes tienen muchas necesidades médicas aún no cubiertas”
Antonio González, doctor, presidente de Geico y director de Oncología Médica de la Clínica Universidad de Navarra

Los datos son contundentes: aproximadamente entre el 50% y el 85% de las pacientes recaen en los cinco años posteriores al diagnóstico. “Es un tumor ginecológico que presenta alta mortalidad”, reconoce el doctor González, “y las pacientes con recaída platino-resistentes son especialmente vulnerables, y tienen muchas necesidades médicas aún no cubiertas”. Aquí es donde la medicina personalizada cobra especial relevancia.Cada vez más, el tratamiento del cáncer de ovario se ajusta a las características biológicas del tumor de cada paciente. La doctora Barretina abunda en ello: “No todos los cánceres de ovario son iguales. Por eso, la biopsia y el análisis molecular son fundamentales para adaptar el tratamiento y saber si pueden beneficiarse de terapias dirigidas”. Sin embargo, el camino no es fácil. Desde 2010 se han hecho más de 15 ensayos clínicos para tumores platino-resistentes y solo tres han dado resultados positivos. Esto muestra “lo difícil que es encontrar opciones eficaces para estas pacientes”, apunta González. La investigación, en este contexto, es crucial, como explica Barretina: “Se han descubierto alteraciones moleculares que permiten diseñar fármacos más específicos y eficaces. La medicina personalizada no es una promesa lejana, es una necesidad presente”.

“El impacto emocional del diagnóstico, la cirugía radical, la menopausia quirúrgica temprana o las recaídas puede ser devastador, especialmente en mujeres jóvenes”
Charo Hierro, presidenta de la Asociación de Afectadas por Cáncer de Ovario (ASACO)

Hierro lo corrobora desde su experiencia: “La gran esperanza no es tanto la cura, sino cronificar la enfermedad. Y eso ya está ocurriendo: cada vez hay más mujeres que, con seguimiento y tratamientos de mantenimiento, llevan una vida normal y plena”. Más allá del tratamiento: bienestar y equidad El cáncer de ovario no solo desafía la medicina, también la vida emocional de quien lo padece: “Es fundamental el apoyo psico-oncológico para pacientes y familiares”, insiste Hierro. “Desde ASACO ofrecemos el proyecto Bienestar, con sesiones individuales para quien lo necesite. El impacto emocional del diagnóstico, la cirugía radical, la menopausia quirúrgica temprana o las recaídas puede ser devastador, especialmente en mujeres jóvenes”.A ello se suma la inequidad geográfica: “Hay una enorme diferencia entre caer en un centro con un equipo multidisciplinar experimentado o no”, alerta Hierro. “Hoy por hoy, el pronóstico muchas veces depende de la suerte. Por este motivo, llevamos mucho tiempo pidiendo mejoras en este ámbito, ya que estamos viendo avances muy esperanzadores en la investigación que deben llegar de forma equitativa a todas las pacientes”.Por eso, tanto los expertos como las asociaciones reclaman una red de centros de referencia, la oficialización de la subespecialidad de ginecología oncológica, una atención personalizada y una mayor conciencia social. “No se puede prevenir el cáncer de ovario, pero sí se puede sospechar. Si una mujer tiene síntomas persistentes debe consultar con los profesionales sanitarios y estos deben pensar en la posibilidad de que se trate de un cáncer de ovario. No podemos permitir que este cáncer siga siendo invisible”, concluye Barretina.


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